Nos juramos amor eterno,
siendo solo cuerpos,
creyendo que eramos espíritus.
Nos juramos amor eterno,
viviendo dentro del espacio del cosmos,
siendo parte del tiempo.
Nos juramos amor eterno,
sin recordar que somos finitos,
que no conocíamos la eternidad.
Nos juramos amor eterno,
y ese fue nuestro error,
por eso,
lo único eterno,
es el dolor.
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