¡Ay! que hermoso era eso

Creo,

que los mejores cambios de humor 

proceden a veces, 

demasiado rápido; 

hoy,

mi humor,

volvió a su normalidad, 

volvió a sentir ese vacío,

mezclado de odio; 

y este orgullo 

que no me deja avanzar.

Debe ser que soy 

muy fácil de adaptarme a los cambios; 

tal vez, 

esas alucinaciones si las hay, 

puedan hacerme sentir feliz, 

pero no hoy. 

Voy a tratar de no mutar; 

mostrar mis ojos helados, sin más.

Ser como soy, 

total siempre soy yo; 

o lo que algunos, 

me hicieron creer, 

desde que era un niño, 

hasta hoy. 

Siempre fui el apuntado con el dedo,

¡Ay! que hermoso era eso, 

cuando todos,

me creían culpable de todo,

cuando mi opinión no importaba, 

cuando me trataban como ellos querían, 

sin pensar, 

si quiera en que pensaba,

o que sentía mi alma.

Hoy los miro, 

y me doy cuenta, 

que no han conseguido nada, 

y esa gente que me apuntaba, 

lo hacia, 

solo para disimular 

sus propios defectos, 

esa gente 

que decía quererme, 

esa gente 

que nunca conocí. 

Por eso pienso 

y vuelvo a pensar, 

que me convirtieron en un monstruo, 

pero no en el que ellos querían,

me convertí en aquel,

que escupe palabras,
de dentro de sí,

y eso no encaja con ellos, 

¿Por qué? 

Porque son esas almas pobres,

que no pueden, 

ni siquiera 

interpretar una frase,

ni amar,

ni querer,

solo 

basan su vida

entorno a sus deseos egoístas ,

en banalidades,

y en estupideces 
pierden 
sus vidas.