Hijos bastardos del catolicismo

Las más grandes escuelas de ateísmo moderno fueron en nuestra historia, las iglesias, aquellas instituciones que mataron, robaron y reprimieron a las sociedades en nombre de dios. Dentro de las cuales, podemos observar al catolicismo, o en otras palabras al imperio romano. Un imperio politeista, el cual solo buscaba la hegemonia toda, nucleada solo en un emperador, un ejercito y una religión. Así de esta manera, han surgido los hijos bastardos del catolicismo, quienes se autoproclaman ateos, quienes golpean irremisiblemente sobre los dogmas, la teología y la institucionalización de la iglesia católica.
Catolicismo y ateísmo son dos cuestiones íntimamente relacionadas y no hay posibilidad de desligar la una, de la otra. Son causa y efecto. 
Pero en lo más hondo de su ser la iglesia a cumplido su cometido, a concretado su sueño, el cual es de barrer, borrar a través de falsas enseñanzas la esencia mistica que se encuentra escondida en lo más hondo del infinito. Aquello que hemos sido capaces - intentamos - de observarlo tras los ojos de la metafisica. 
Por eso, es que cada vez que escucho a alguien proclamarse ateo, observo y sondeo su entorno, y solo encuentro un recelo hacia el catolicismo, olvidandose que las instituciones no albergan a dios, ni lo encasillan en un edificio; Que aún coexisten muchísimas comprensiones de dios en el planeta, cada una de ellas compartiendo el principio madre del monoteísmo, aún cuando en la práctica se vuelven politeistas y pierden realmente la esencia. Surge ineludiblemente el fanatismo, que no solo podemos adjudicarlo al religioso, también al partidario político, al empresario y al militar, que imponen sus burdas ideas sin importar la manera, con violencia, con fuerte violencia.